El dióxido de cloro es presentado como una cura milagrosa para diversas enfermedades, desde el cáncer hasta la diabetes. Y en los últimos meses, sus defensores han añadido a esta larga lista al COVID-19, sin presentar evidencia alguna.
El dióxido de cloro y el clorito sódico reaccionan rápidamente en los tejidos humanos y, si se ingieren pueden causar irritación de la boca, el esófago y el estómago, con un cuadro digestivo irritativo severo, con la presencia de náuseas, vómitos y diarreas, además de graves trastornos hematológicos (metahemoglobinemias, hemolisis, etc.), cardiovasculares y renales.
La disminución de la presión arterial puede dar lugar a síntomas graves como complicaciones respiratorias debido a la modificación de la capacidad de la sangre para transportar oxígeno.
Adicionalmente, la inhalación a través de nebulizadores puede generar edema pulmonar, broncoespasmos, neumonitis química y edema de glotis e incluso producir la muerte si se las exposiciones están por encima del valor límite de exposición profesional.
Pero, ¿qué es el dióxido de cloro?
Es un gas de color amarillo a amarillento-rojizo, que se descompone rápidamente en el aire y es soluble en el agua. “Es una sustancia compuesta por cloro y oxígeno. Se conoce su uso como desinfectante, blanqueador, para tratamientos de agua. Se usa como blanqueador, para tratamientos de agua o desinfectante en diversas superficies, pero nunca para el tratamiento médico en seres humanos”, explicó Erik Cóndor, químico farmacéutico del Centro Nacional de Farmacovigilancia y Tecnovigilancia de la Digemid.
¿Cómo se vende el dióxido de cloro?
La venta del dióxido de cloro está autorizada en el Perú como desinfectante, pero no como un medicamento. Sin embargo, el dióxido de cloro y clorito de sodio se vende para consumo humano como CDS (Solución de Dióxido de Cloro), MMS (Solución Mineral Milagrosa) o Sustancia Mineral Milagrosa (SMM). De manera ilegal, desde hace varios años, ha sido promocionado para tratar diversas enfermedades, como el autismo, el cáncer, la hepatitis, VIH/Sida, la gripe H1N1, la esclerosis, la malaria y, más recientemente, para el tratamiento del COVID-19.
¿Qué hacer si alguna persona está consumiendo dióxido de cloro?
“Cualquier persona que esté usando este producto, lo primero que debe hacer es suspender su uso y acercarse a un profesional de la salud para recibir asesoría sobre lo que está padeciendo en ese momento y la pueda orientar de mejor forma en cuanto al tratamiento más adecuado”, aconseja Erik Cóndor, de la Digemid.
En esta línea, aseveró que la Organización Mundial de la Salud (OMS) como organismos internacionales de diversos países, incluyendo el Perú a través de la Dirección General de Medicamentos, Insumos y Drogas (Digemid), han lanzado alertas sobre el riesgo de consumir esta sustancia.
Se precisa además que actualmente no existe ningún medicamento que pueda eliminar al coronavirus y que el Perú está en continua evaluación para buscar las mejores alternativas a favor de los pacientes.
En resumen, el dióxido de cloro se usa como blanqueador y para descontaminar superficies industriales, ya que se asemeja a la lejía o el cloro. Por lo que uso es totalmente peligroso para los órganos internos de nuestro cuerpo.